La etapa triunfante de Mourinho en el Oporto fue su auténtico trampolín al estrellato. Anteriormente, ya había dejado su sello tanto en el Benfica como en el Uniao de Leiria, pero fue en la casa de los Dragones donde el de Setúbal comenzó a mostrar su figura de técnico ganador e inconformista al resto de Europa.
Mourinho es casi una divinidad para los aficionados del Oporto / Agência de Serviços Fotográficos
Nada más llegar al banquillo del Oporto, Mourinho hizo toda una declaración de intenciones en el vestuario: “El año que viene ganaremos la Liga”. Dicho y hecho. En la temporada 2002-03, el Oporto se adjudicó un histórico triplete, UEFA, Liga y Copa, lo que sería un pequeño aperitivo de lo que estaba por llegar. En la 03/04, se hace con la Champions League, una nueva Liga y una Supercopa portuguesa.
El Oporto se convirtió durante dos años en una máquina imparable que nadie vio venir, ganó el 74 por ciento de los partidos y estableció una media de dos goles por partido con un delantero defenestrado por la Liga española, Benny McCarthy, como máximo goleador en la última temporada de Mou como técnico de los Dragones.
Mourinho formó un equipo muy sólido basándose en los jóvenes Ferreira y Carvalho en defensa, los todoterrenos Costinha y Maniche en la medular, el nacimiento de Deco como estrella y la aportación de futbolistas en pleno apogeo como Derlei. El Oporto de Mourinho alternaba el 4-4-2 con el 4-3-3, una práctica muy habitual en la carrera del portugués.
El primer examen serio de este Oporto fue la final de la UEFA ante el Celtic de Glasgow en Sevilla, un choque que el propio Mou ha definido en muchas ocasiones como el más emocionante de su carrera hasta que llegó el memorable encuentro con el Inter en el Camp Nou. Los ibéricos se impusieron a los escoceses con un gol de Derlei en la prórroga que deshacía el empate (2-2) reinante en el marcador.
Mourinho besa su primera Champions / MARCA
Llega la Champions
En la temporada 03-04, Mourinho refuerza el equipo con la llegada de Pedro Mendes y Carlos Alberto, hombre clave en la final de la Champions League, competición en la que se cruzó con el Real Madrid. Los blancos fueron los únicos capaces de ganar en la máxima competición continental a los Dragones de Mourinho derrotándoles en el Estadio Do Dragao por 1-3.
Desde aquel partido, los de Mou emprendieron una imparable carrera hacia la Copa de Europa sin perder ningún partido ante los rivales que se encontraron por el camino. Desde el Olympique de Marsella hasta el Mónaco, pasando por el Partizan, el Lyon, el Deportivo de la Coruña y el Manchester United, al que eliminó en el mismísimo Old Trafford con un gol sobre la bocina de Costinha, sucumbieron ante el buen hacer de los portugueses.
La carrera en Old Trafford
Mourinho se dio a conocer al mundo recorriendo la banda del Teatro de los Sueños para celebrar el gol que suponía el pase a los cuartos de su equipo. Aquella fue la primera de las muchas celebraciones con las que irrumpiría en las noticias de medio mundo en los años venideros.
‘The Special One’, el personaje, se abría las puertas a Europa de par en par desde un club que no estaba llamado ni mucho menos a conseguir los títulos que levantó al cielo de la mano del de Setúbal. El trabajo ya estaba hecho, José había puesto al Oporto en el primer escalafón mundial. Ahora, tocaba hacer las maletas e iniciar una nueva aventura. El Chelsea y Abramovich le esperaban en el horizonte.
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